2ª edición
Martín Zurdo, Enrique:
Creo que me he precipitado en la
convocatoria y la pospondré para más adelante.
No me encuentro bien y prefiero esperar a conocer los
resultados de una serie de exploraciones que he de hacerme con varios especialistas.
Por favor, indícalo así en la página.
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Comienzo del primer capítulo
I si mi padre levantara la cabeza
Si mi padre levantara la cabeza,
de inmediato le pediría disculpas por no haber
aprovechado en vida para decirle cuanto le quise.
Solo me siento aliviado al demostrárselo con hechos a falta de palabras.
Paradojas del vivir:
yo que me considero hombre de palabras
(aspiro a evitar las superfluas),
y me faltó dedicar algunas imprescindibles a la mejor persona que jamás se cruzará en mi camino.
Aveces nos mirábamos a la cara,
y esas miradas, acaso bastaran para expresar lo que
sentíamos el uno por el otro.
Piensas que siempre queda tiempo,
pero a las provectas edades alcanzadas por mis padres,
cada día con ellos es un regalo que no lo valoras suficientemente,
hasta cuando ya lo has perdido.
Mi padre y yo pertenecemos a generaciones que no mamamos o no fuimos
educados en declarar los afectos,
pero esta circunstancia tampoco es excusa,
ese aprendizaje solo ayuda.
Antaño existían absurdos prejuicios;
si un hombre se atrevía a exponer
sus sentimientos, se convertía o era mirado como un bicho raro e incluso risible por los ‘machotes’
del grupo y su caterva de seguidores.
Fin 2ª edición
1ª edición:
Próxima presentación de su libro en el Canoe
Nuestro amigo vendrá acompañado de Luis Mateo Diez.
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